El juego en el desarrollo del niño
El juego, además de aportar al niño placer y momentos de distracción, es una actividad que estimula y activa diferentes componentes de desarrollo infantil.
Es el escenario en el cual los niños pueden practicar la experiencia de medir sus propias posibilidades en las diferentes situaciones de su vida y que influye en todos los ámbitos del desarrollo humano:
Aportaciones al desarrollo cognitivo
- El juego pone en marcha las habilidades cognitivas del niño, en cuanto que le permiten comprender su entorno y desarrollar su pensamiento. Por ejemplo, un niño que juega con una granja de animales, figuras…etc., irá conociendo las piezas del juego, se las dirá un adulto u otro compañero, descubrirá los diferentes tipos de animales que hay, comprenderá cómo funcionan los objetos (rodar el tractor, abrir la ventana de la granja..), y aprenderá también a utilizarlos adecuadamente.
- También descubrirá la permanencia de los objetos, que siguen existiendo aunque no los vea; haciendo desaparecer el caballo que guarda en el establo y más tarde lo va a buscar, irá tomando conciencia de esta realidad.
Aportaciones al desarrollo social
- El niño puede jugar solo con sus juegos, pero cuando algún compañero participa en su actividad, es la ocasión de compartir, de tener en cuenta a los otros, de relacionarse. Le permite, en definitiva, comunicarse.
- El juego con los iguales y con los adultos es un potente instrumento que facilita su desarrollo social en cuanto que se aprenden los rudimentos de la reciprocidad dar y recibir, y la empatía.
- En el juego simbólico, al principio, las representaciones se centran en la vida más cercana de los niños (el uso de las cosas de la casa, los roles familiares…), para luego centrarse en la representación de situaciones más alejadas de su vida habitual (representar diferentes profesiones) o dar vida a personajes de ficción.
Aportaciones al desarrollo emocional
- El niño decide la vida de los personajes de sus juegos: lo que hacen, durante cuánto tiempo, de qué manera, quién está implicado… Además, les presta sus sentimientos y emociones y la expresión de sí mismo. Por otra parte, el equilibrio emocional que se consigue con el juego es un estado placentero que siempre se tiende a buscar.
- Los juegos de representación de escenas de la vida cotidiana, de reproducción de cuentos y de situaciones imaginarias, implican la reconstrucción y puesta en escena de los conocimientos que ya se tienen. Así pues, en este tipo de juegos, los niños se hablan empleando el tono adecuado a los papeles que simulan, se expresan emociones propias de esos papeles, se ajustan las actitudes… En este sentido cuando el niño juega simbólicamente, deforma la realidad, adaptándola a sus deseos. De esta forma en el juego, él domina una realidad que, fuera del juego, le domina a él.
Aportaciones al desarrollo motor
- El juego estimula el desarrollo motor del niño ya que constituye la fuerza impulsora para realizar la acción deseada. Por ejemplo, el bebé que quiere coger un objeto que está lejos tiene que gatear para llegar hasta él, utilizar sus músculos, su motricidad gruesa. Al coger el objeto, el niño utiliza los pequeños músculos de sus manos, lo que se denomina motricidad fina. Asimismo, ejercita la coordinación óculo manual para fijarse en el objeto y llegar a cogerlo con la mano.
- El deseo de alcanzar el objeto percibido le lleva a practicar los distintos modos de sujeción, a planificar y organizar sus movimientos y a desarrollar sus reflejos de protección. Por tanto, el desarrollo psicomotor es algo que el niño irá desarrollando a través de su deseo de actuar sobre el entorno, de poner en marcha sus capacidades motoras, de ir siendo cada vez más competente.
- Según el niño se va desarrollando, el juego de ejercicio no sólo no desaparece con la aparición de juegos posteriores (juego simbólico), sino que además se ejercita, se perfecciona y contribuye a mejorar los movimientos y la comprensión de su realidad física.
¿Por qué es importante el juego?
- Fomenta el desarrollo cerebral: El juego estimula el desarrollo de las conexiones neuronales en el cerebro del niño, lo que favorece el aprendizaje y la memoria.
- Potencia la creatividad y la imaginación: El juego permite a los niños expresar su creatividad e imaginación de manera libre y espontánea.
- Desarrolla habilidades sociales y emocionales: A través del juego, los niños aprenden a interactuar con otros, a compartir, a resolver conflictos y a expresar sus emociones.
- Fortalece la motricidad fina y gruesa: El juego físico ayuda a los niños a desarrollar su motricidad fina y gruesa, lo que les permite controlar mejor sus movimientos y coordinar sus habilidades motoras.
- Promueve el bienestar emocional: El juego es una actividad placentera que ayuda a los niños a reducir el estrés y la ansiedad, y a sentirse felices y seguros.
Tipos de juego infantil
Hay multitud de juegos y diversas clasificaciones. A continuación, te mostraremos algunos de ellos según determinados criterios:
Según la edad del niño:
- Juego sensorial o motor: Se da en los primeros meses de vida y se caracteriza por la exploración del mundo a través de los sentidos y el movimiento. Los bebés chupan, tocan, golpean y lanzan objetos para aprender sobre sus propiedades.
- Juego simbólico: Aparece alrededor de los 2 años y se caracteriza por la capacidad del niño para imitar situaciones de la vida real o imaginar escenarios ficticios. Los niños juegan a ser papás, cocineros, médicos o héroes.
- Juego reglado: Se desarrolla a partir de los 3 años y se caracteriza por la existencia de reglas y objetivos específicos. Los juegos de mesa, los juegos de cartas y los deportes son ejemplos de juegos de reglas.
- Juego de construcción: Se da a lo largo de toda la infancia y se caracteriza por la utilización de materiales para crear o construir algo. Los niños pueden construir con bloques, legos, arena o plastilina.
Según el nivel de estructuración del juego:
- Juego no estructurado: Es un juego espontáneo y libre, que no tiene reglas ni objetivos específicos. Los niños pueden jugar a lo que quieran, utilizando su imaginación y creatividad.
- Juego estructurado: Es un juego que tiene reglas y objetivos específicos, y suele ser dirigido por un adulto. Los juegos de mesa, los juegos de cartas y los deportes son ejemplos de juegos estructurados.
Según el número de participantes:
- Juego individual: El niño juega solo, sin la interacción de otros niños.
- Juego paralelo: Los niños juegan junto a otros niños, pero sin interactuar con ellos. Cada niño juega a su propio juego, sin prestar atención a los demás.
- Juego asociativo: Los niños juegan juntos, pero no hay una colaboración ni un objetivo común. Cada niño juega a su propio juego, pero de forma simultánea y en el mismo espacio.
- Juego cooperativo: Los niños juegan juntos para alcanzar un objetivo común. Se requiere colaboración y trabajo en equipo para lograr el éxito.
Según el tipo de actividad que se desarrolla:
- Juego físico: Implica actividad física, como correr, saltar, trepar o jugar con pelotas.
- Juego cognitivo: Estimula el desarrollo de las habilidades cognitivas, como la atención, la memoria, la resolución de problemas y el pensamiento creativo. Los juegos de mesa, los puzzles y los juegos de construcción son ejemplos de juegos cognitivos.
- Juego social: Fomenta el desarrollo de las habilidades sociales, como la comunicación, la empatía y la cooperación. Los juegos de rol, los juegos de mesa y los deportes en equipo son ejemplos de juegos sociales.
- Juego emocional: Permite al niño expresar y gestionar sus emociones. Los juegos de dramatización, los juegos de cartas y los juegos de mesa son ejemplos de juegos emocionales.
En resumen, el juego es una actividad fundamental para el desarrollo integral de los niños. A través del juego, los niños aprenden, se divierten y exploran el mundo que los rodea.
Es importante que los padres y cuidadores proporcionen a los niños oportunidades para jugar y que participen activamente en sus juegos.