El conflicto escolar como oportunidad educativa
El conflicto escolar como oportunidad educativa
El conflicto se define como un enfrentamiento interpersonal no intencionado, derivado de la diversidad de opiniones. El problema no es su existencia, sino la falta de herramientas para gestionarlo constructivamente, lo que puede derivar en violencia.
El conflicto:
- Es normal, cotidiano e inevitable.
- Se asocia erróneamente a violencia.
- Es un proceso que evoluciona.
- Constituye una oportunidad de regulación y crecimiento interpersonal
El conflicto forma parte de nuestra rutina diaria e incluso podríamos afirmar que es necesario para nuestro desarrollo personal y social. Sin él, no podríamos en marcha las habilidades de comunicación activa, no conoceríamos otros puntos de vista ni aprenderíamos de otras culturas o políticas. Seguirían existiendo las diferencias, pero no sería parte del proceso de aprendizaje.
Tipologías de Conflicto en el Aula y Centro Educativo
Los conflictos no se limitan a las disputas entre alumnos. Pueden manifestarse entre alumnos y profesores, entre el propio profesorado, o entre la escuela y las familias. Es fundamental considerar conflictos más complejos y actuales como el ciberacoso, aquellos derivados de la diversidad cultural, las diferencias de género, o los relacionados con la inclusión de alumnado con necesidades específicas. Estos conflictos pueden generar tensión y afectar el ambiente de aprendizaje.
Elementos y factores que pueden generar conflictos negativos
Los conflictos escolares son aquellos que surgen en el entorno escolar. Se consideran como tal cuando tienen lugar en:
▪ Las instalaciones del colegio o en los alrededores.
▪ En las actividades extraescolares y complementarias.
▪ Cuando se dan fuera, pero repercuten a la comunidad educativa.
▪ Cuando se dan fuera, pero se relacionan con la actividad escolar.
▪ Cuando se dan fuera, pero se originan en el centro.
Los detonantes principales incluyen:
- Contradicciones educativas (castigo vs. inclusión).
- Ausencia de límites (“prohibido prohibir”).
- Contradicción entre lo que ven en la escuela y los medios.
- Masificación en el aula, que dificulta la atención individual y la detección precoz de problemas.
Naturaleza del conflicto escolar
El conflicto en la escuela puede surgir de diversas fuentes, como diferencias de opinión, escasez de recursos, incompatibilidad de intereses, valores divergentes o fallas en la comunicación. Para su comprensión y gestión, es fundamental analizar sus elementos constitutivos:
- Personas implicadas y sus percepciones.
- Proceso (dinámica, escalada, comunicación).
- Problema La raíz del desacuerdo, lo que está en discusión. Es importante diferenciar entre las posiciones (lo que cada parte dice querer) y los intereses (las necesidades y deseos subyacentes).
La adecuada identificación de estos elementos es el primer paso para una gestión constructiva del conflicto.
Factores desencadenantes
Las causas de los conflictos son multifactoriales y rara vez se deben a una única razón. Analizar las causas subyacentes es clave para una intervención efectiva. Estos factores incluyen:
▪ Falta de comunicación: Malentendidos, comunicación ambigua o ausente.
▪ Intolerancia: Rechazo a la diferencia de opinión, valores o identidad.
▪ Búsqueda de poder: Luchas por el control o el dominio.
▪ Discriminación: Actitudes o comportamientos basados en prejuicios (raciales, de género, socioeconómicos, por diversidad funcional, etc.).
▪ Desigualdades: Percepción de injusticia en el trato o en la distribución de recursos.
▪ Problemas emocionales o familiares de los estudiantes: Situaciones personales que afectan el comportamiento y las interacciones en el aula.
Las teorías de la comunicación (p. ej., Watzlawick, Beavin y Jackson) son fundamentales para entender cómo la comunicación fallida es un detonante principal.
Los cinco axiomas de esta teoría explican cómo las interacciones pueden generar malentendidos y escalar conflictos:
- Es imposible no comunicar.
- Toda comunicación tiene contenido y relación.
- Cada parte interpreta la secuencia comunicativa de forma distinta.
- Se comunica de forma digital (verbal) y analógica (no verbal).
- Las relaciones son simétricas o complementarias.
Comprender estos axiomas permite detectar las causas comunicativas del conflicto escolar
Dinámicas del conflicto
Christopher Mitchell y otros teóricos del conflicto han descrito modelos que ilustran las fases típicas por las que atraviesa un conflicto, a menudo representados como una «curva» o «ciclos».
Las fases clave son:
- Latencia: El conflicto existe potencialmente, hay diferencias o tensiones subyacentes, pero aún no se han manifestado abiertamente. Puede haber resentimiento o incomodidad.
- Aparición o Manifestación: El conflicto se hace visible a través de un incidente, una discusión o una acción. Las partes se dan cuenta de que hay un problema.
- Escalada: La fase más crítica. La intensidad aumenta, las posiciones se endurecen, las emociones negativas (ira, miedo, frustración) dominan, y la comunicación se vuelve agresiva o nula. Las partes pueden recurrir a tácticas coercitivas o destructivas. El conflicto se personaliza y el objetivo pasa de resolver el problema a «ganar» o dañar al otro.
- Crisis: El punto álgido del conflicto, donde la tensión es máxima y las hostilidades pueden ser más severas. Las partes pueden sentirse atrapadas y agotadas.
- Desescalada: Tras la crisis, las partes pueden empezar a buscar una salida. Esto puede deberse al agotamiento, la intervención de un tercero, el reconocimiento de los costos del conflicto o una reevaluación de los intereses. La comunicación puede reabrirse de forma cautelosa.
- Resolución: Las partes, con o sin ayuda externa, logran un acuerdo o una solución que satisface sus intereses.
- Post-conflicto o Transformación: No solo se resuelve el problema inmediato, sino que se abordan las causas profundas, se reconstruyen las relaciones y se aprende de la experiencia para prevenir futuros conflictos o gestionarlos de manera más constructiva. John Paul Lederach enfatiza esta fase de transformación.
Comprender estas fases permite a los centros educativos diseñar estrategias de prevención para las fases latentes y de aparición, e intervenciones adecuadas para la escalada y desescalada, buscando siempre la resolución y, idealmente, la transformación.
Las consecuencias de no abordar los conflictos de forma adecuada son significativas y perjudiciales.
▪ A nivel individual: Ansiedad, estrés, frustración, bajo rendimiento académico, problemas de salud mental y, en casos extremos, abandono escolar.
▪ A nivel colectivo: Deterioro del clima escolar, aumento de la tensión, dificultad en el aprendizaje (pues el ambiente de inseguridad y malestar desvía la atención del proceso educativo), disminución de la motivación y cohesión grupal.
El conflicto como oportunidad educativa
Siguiendo a Torrego, la gestión de conflictos no es solo una función remedial, sino una parte integral de la acción tutorial y del desarrollo de la convivencia escolar. Propone un modelo que integra la intervención del tutor en la prevención, mediación y seguimiento de conflictos, enfocándose en la promoción de habilidades sociales y emocionales en el alumnado.
Según Torrego, el conflicto es una oportunidad para:
▪ Desarrollar la empatía y la inteligencia emocional.
▪ Mejorar las habilidades de comunicación y negociación.
▪ Fomentar el pensamiento crítico y la creatividad para buscar soluciones.
▪ Fortalecer los lazos de convivencia y el sentido de comunidad en el centro.
▪ Enseñar a los estudiantes a asumir responsabilidad y a construir acuerdos.
En conclusión, la gestión del conflicto se convierte así en un pilar de la educación en valores y de la formación de ciudadanos democráticos y pacíficos.





